La Literatura de Identidad Española: Ana María Matute y su Retórica Sociopolítica
- Katherine Boyle
- Jun 16, 2019
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Ana María Matute, la autora española celebrada, creció en España durante la guerra civil española. Su vida, como muchas otras, fue afectada irrevocablemente por la tristeza y la incertidumbre de la sociedad. En su uso cuidadoso de los elementos temáticos de la repetición (en escala grande y pequeña), la alusión bíblica de la dualidad de ser, y los arquetipos o símbolos literarios del aislamiento y tristeza, la autora española Ana María Matute proyecta una indignación biográfica al futuro menguante de España en los años después de la guerra civil española. En su inolvidablemente lírico cuento, “Pecado de Omisión,” Matute usa los arquetipos vividos y varios elementos temáticos para ilustrar la desilusión y el aislamiento en su nación de origen. En esta manera, la obra mencionada sirve como objeto estético que ejemplifica la tristeza, melancolía, y el pesimismo de la cultura (y una identidad) española durante los años posguerra.
Mientras la guerra civil española (1936-1939) fue verdaderamente el evento más recordado y memorialista del siglo XX en España, los años inmediatamente después del conflicto señalaron el cambio grande: a una nación franquista, debajo del dictador Francisco Franco. En su artículo académico, Grover Rich dice que:
Regardless of the similarity, or lack of it, between Francisco Franco and Mussolini or Hitler, one important difference should never be overlooked: the Italian and German rulers were popular with their people; Franco never has been. (Rich 380)
Mientras su marca específica del fascismo fue poderosa en manera similar a las dictaduras de los famosos Mussolini y Hitler, la gente de España a él no les gustan (que es obvio – el hecho más conocido de la nación). Por supuesto, los ciudadanos fueron justificados en sus creencias – Franco empezó un estado de “martial law,” hizo que España fue esencialmente un estado totalmente católico, apoyado por la clase alta y rica, y todos otros son oprimidos, especialmente las personas marginadas y las mujeres. Rich continúa a decir que:
It is hard for us in this country to understand the dread and hatred the Spanish upper classes have for their less fortunate countrymen. Fear dominates their reasoning and they seem utterly void of social consciousness. The peasant and worker reciprocate in kind: they hate because they are afraid. (388)
Rich demuestra en sus palabras el miedo de la población española durante la dictadura de Francisco Franco. “Fear dominates their reasoning,” así es imprescindible analizar cómo este miedo del estado y de las clases altas afectó las producciones del arte y literatura durante los años 40, 50, y 60. Es claro que la inquietud de una nación puede cambiar las identidades artísticas, resultando en una desilusión real y tangible sobre toda la gente. Un ejemplo más fascinante de este desencanto cultural es en las obras de Ana María Matute.
Ana María Matute nació en Julio de 1926, en Barcelona, a una familia tradicional y bastante pobre. Desde su juventud, Matute fue consciente de la pobreza extrema, la enfermedad (ella fue frágil y enferma hasta que tiene diez años de edad), y la falta de humanidad y entendimiento entre las comunidades españolas. Janet Díaz escribe, “There was no doubt, of course, that [the inmates of a penal colony who lived on the outskirts of the village in conditions of extreme poverty] are victims, and even as a child, Matute was perplexed by the inhumanity with which some human beings treated others,” (24). Esta cita muestra el poder observacional intenso de Matute como niña pequeña: vio la miseria de la humanidad desde un punto pasivo. Díaz continúa describir cómo la biografía de Matute es crítica en un entendimiento total de sus cuentos y otra literatura: “The crucial periods for her future writing are her own childhood and adolescence, an importance reflected by the attention she devotes to these periods in the lives of the characters she creates,” mostrando que después de una infancia enfermiza y una adolescencia turbulenta, su vida personal no explícitamente influyó a sus obras. Pero por supuesto, el miedo del franquismo y de la guerra civil española afectó a todos – Matute demuestra los efectos de la tristeza política en casi todas sus obras.
La historia corta “Pecado de Omisión” de Ana María Matute fue escrito en los años 1960. La obra trata de un huérfano llamado Lope: tiene 13 años, un ejemplo de la juventud en la literatura de Matute como arquetipo y motivo común. Lope se trasladó para vivir con su primo Emeterio Ruiz Heredia, quién le mandó trabajar como un pastor para cinco años, en el medio ambiente y la clima cruel. Cuando volvió él al pueblo populado, habló con el abogado educado Manuel Enríquez (su compañero de clase hace muchos años) y aprendió que su humanidad fue perdido y su futuro no existía. Por fin, este hecho causó que estuviera enojado, y Lope mató a Emeterio. Obviamente, hay muchos temas profundos en la obra, pero este estudio va a enfocar en tres que son más críticos para entender la obra en su contexto sociocultural: los ciclos y la repetición en la obra, los símbolos religiosos (bíblicos) del cuento, y su tratamiento intenso de la inocencia del huérfano y el aislamiento de una generación de pobreza y opresión española.
El objeto estético de “Pecado de Omisión” usa mucho la repetición, una marca de la literatura de Matute en general. En otro cuentos, la repetición es muy literal, como menciona Margaret Jones en su libro, The Literary World of Ana María Matute:
Several rhetorical devices stand out as obvious means of distorting reality; repetition is an artistic resort common to almost every work by Matute. Repetition of words, phrases, or word patterns has a decidedly auditory appeal, and the author is skillful in her use of prose rhythms… (105)
Jones continúa discutir cómo muchas veces en las obras, la repetición es de una palabra específica dentro de una oración – en “Pecado de Omisión, la repetición es vista en los ciclos de la obra, del tiempo y espacio de la narrativa.
En el primer párrafo del cuento, Matute escribe: “Emeterio era el alcalde y tenía una casa de dos pisos asomada a la plaza del pueblo, redonda y rojiza bajo el sol de agosto,” describiendo la casa del primo de Lope, en toda su grandeza y belleza. Después de la transformación de Lope a un pastor silento y duro, Matute describe la piedra usada por Lope para matar a Emeterio con palabras semejantes: “En la plaza había una piedra cuadrada, rojiza. Una de esas piedras grandes como melones que los muchachos transportan desde alguna pared derruida.” También es necesario añadir a la observación el uso de los imágenes de piedras en la narrativa: “Sabía Díos hacia qué parte caerían. Como las piedras. Como los años.” Toda esta evidencia muestra como usa Matute la repetición en estableciendo los imágenes y símbolos importantes: en este caso, las piedras y su solidez, sus maneras no cambiantes, y su peligroso como arma. Los años no cambian, a la misma manera en que no cambian las piedras de la plaza de Emeterio Ruiz Heredia. De nuevo, Jones dice: “She often repeats a single word or phrase for its lyrical or rhythmic effect…” (105), este hecho es visto en las imágenes fuertes de las piedras en la historia (también visto en “robles” “árbol” y “cabeza” – todas palabras sólidas en el cuento).
La repetición continúa en el uso de los ciclos en la vida de Lope – primero en la descripción de su tiempo bajo las estrellas: “Pero estaba fresco en el verano y bastante abrigado en el invierno. El verano pasó. Luego el otoño y el invierno… En el cielo, como estrellas fugitivas, los gritos se perdían, inútiles y grandes… Como los años. Un año, dos, cinco.” Matute usa la repetición de la naturaleza y las estaciones del año para reforzar el pasaje del tiempo en la historia, por los ciclos del mundo natural. Esta repetición, en mi opinión, es más importante analizar que la de las palabras individuales – el énfasis en los conceptos más abstractos como el tiempo de Lope como un pastor aislado y lejos de la civilización muestra el foco de Matute en las ideas amplias sobre el aislamiento de los niños de España, y la característica solitaria de una nación franquista. Mientras el país crece aparte desde la sociedad mundial, la situación sociocultural de España se hace más urgente. Esta idea es el tesis de la literatura de Matute.
Finalmente, una repetición del simbolismo es visto en la descripción de los ojos de Emeterio y Lope – el contraste entre las dos descripciones es crítico. En el comienzo de la obra, escribe: “Lope le miró. Lope tenía los ojos negros y redondos, brillantes,” y en la escena final de la obra, Matute narra: “Lope fue directo a Emeterio y vio sus ojos interrogantes y grises.” En ambos momentos de conexión directa entre los dos personajes, la audiencia es proveída con una introspección a Lope y Emeterio como personajes. Los ojos (que representan inteligencia y pensamiento) de Lope son negros y redondos, mostrando su carácter profundo y listo, pero joven e inocente. El color negro también representa su futuro como asesino, la característica “oscura” y peligrosa en Lope desde su infancia. En el otro mano, la repetición (y yuxtaposición) más luego de los ojos “interrogantes y grises” de Emeterio representa su personaje superficial pero demandante, cruel y con menos inteligencia que su primo. Matute provee una representación tan obvia de su situación en España: los jóvenes listos y inocentes, retorcidos y contaminados por un gobierno de viejos para ser crueles, odiosos, y tristes: faltando un futuro real.
Ana María Matute continúa crear representaciones y símbolos más inteligentes en este cuento con su alusiones subyacentes a la biblia, y la religión católica. Por supuesto hay elementos simplemente existenciales en la obra (“En el cielo, cruzados, como estrellas fugitivas, los gritos se perdían, inútiles y grandes.”) pero este cuento es apoyado mucho por el simbolismo específico de “Caín y Abel,” los dos hermanos de la historia bíblica. Es conocimiento común en el catolicismo que los dos hijos de Adán y Eva presentaron regalos a Dios, pero Dios solamente le gustó lo de Abel. Entonces, Caín mató a Abel, y fue relegado a una vida eterna de vagando sin hogar. En “Pecado de Omisión,” es posible relatar Lope a Caín, y el compañero más exitoso Manuel Enríquez a Abel. Margaret Jones escribe sobre este también:
Religious material which reinforces criticism or comments on the nature of man also appears in Matute’s characterization. She reworks the character of several literary archetypes of Biblical origin, notably Cain and Abel… Matute’s fascination with the Biblical pair and the artistic liberties she has taken with the subject have drawn the attention of several critics; she has often mentioned her constant interest in the theme… (Jones 112).
Por eso, Matute tiene una interés en este arquetipo, y es demostrado en el cuento extensivamente. Las implicaciones de esta asunción crítica voy a discutir, porque tienen peso en la identidad española y la manera en que Matute crea una literatura como artefacto cultural de un estado franquista. Manuel fue un compañero de clase con Lope en la escuela, y ahora tiene un trabajo bueno (“‘Buena carrera, ése. Su padre lo mandó estudiar y ya va para abogado.’”) La comparación entre “la pareja bíblica” más importante viene en la descripción del contraste entre los manos y dedos de los dos hombres:
Lope avanzó su mano. Entonces se dio cuenta de que era áspera, gruesa. Como un trozo de cecina. Los dedos no tenían flexibilidad, no hacían el juego. Qué rara mano la de aquel otro: una mano fina, con dedos como gusanos grandes, ágiles, blancos, flexibles. Qué mano aquélla, de color de cera, con las uñas brillantes, pulidas. Qué mano extraña: ni la mujeres la tenían igual.
La mano de Manuel Enríquez es muy suave, sin la evidencia de trabajo duro del obrero; es la mano de un hombre educado, rico, que ha tenido oportunidades y belleza en una vida privilegiada. La mano de Lope es un mano áspero y encallecido, demasiado gordo y duro para tener un cigarrillo (y en extensión, no puede gozar los privilegios de una vida de riqueza y lujo). El contraste entre los manos, cómo la juzga de Dios sobre el regalo menos impresiva de Caín, es el factor decisivo en la trama: empujando a Lope al punto de emoción y pasión suficiente para romper la cabeza de Emeterio. Cómo Caín, el hermano condenado, Lope embrujó a su fabricante (Emeterio, representando Dios), mientras su “Abel” más afortunado observó a la situación desde una perspectiva afuera y separada. La pareja de los dos es obvia, cómo es la conexión con la historia bíblica. Jones habla más sobre este hecho: “In her reinterpretation of the Biblical motif, she establishes a pattern which involves some stylization: the description of two men – at times, although not always, related – with entirely different natures,” (112-113). Esta cita e idea resume el motivo en la obra exitosamente, explicando el contraste vivido entre Lope y Manuel que causa tanta pasión y dolor en el huérfano.
La identidad española es representada en el cuento con esta imagen de la dualidad de ser por una referencia bíblica: viviendo debajo de una dictadura cruel causó tantos contradicciones en las mentes de los ciudadanos, resultando en una identidad partida. Quieren mantenerse leales a su patria y país de origen (en este caso, a Francisco Franco y su reino militaria), pero sienten abandonados de su amante estado (que los persigue, tortura, y silencia cuando hay oposición). Es una lucha entre lo más primitivo en el hombre, y sus maneras civilizadas. En su literatura y en este arquetipo, Matute llama la atención a este elemento más psicológico de viviendo en una dictadura franquista, el conflicto entre el corazón (que quiere ser libre y tener los derechos humanos) y el cerebro (que quiere conservar las reglas de la dictadura).
Ana María Matute escribe principalmente sobre los temas más tristes en la vida, favoreciendo la tramas llenas de obstáculos y miseria: mostrando mucho sobre su identidad como una autora española durante el siglo XX. Janet Winecoff discute los temas difíciles de la literatura de Matute: “Her major characters and many of her minor ones are solitary, introverted, misunderstood, neurotic, or otherwise estranged from their families and society; they are incapable of expressing themselves. Many are orphans, which intensifies their loneliness and is symbolic of spiritual aloneness,” (1). La inocencia del huérfano mostrada en “Pecado de Omisión” tiene ejemplos numerosos y muchos en el personaje de Lope, quien representa un sentimiento perdido y aislado. Es descrito en el comienzo de la historia: “Lope bajó descalzo, con los ojos pegados de legañas. Estaba poco crecido para sus trece años y tenía cabeza grande, rapada.” La descripción de Lope como un chico listo y inocente es inteligente en el parte de la autora – la audiencia quieren amar a él, y su futuro como niño brillante y preparado para alguna cosa. Matute continúa apoyar esta conclusión: “Lope le miró. Lope tenía los ojos negros y redondos, brillantes.” Más luego, el cuento refuerza la idea de un futuro predestinado con las palabras negativas de Emeterio, cuando le mandó al niño ser pastor por el resto de su vida: “Ya sabe: hay que ganarse el currusco. La vida está mala… Pero hay que ganarse el currusco. La vida está peor cada día que pasa.” Con este diálogo, el cuento refleja la situación de la juventud de España durante una dictadura, el futuro condenado y una identidad perdida – representa el aislamiento de una generación entera desde sus padres y superiores, y refleja una patria que ha traicionada a su gente. Finalmente, Matute terminó su tesis con los momentos finales del cuento. Después de un acto de pasión y el asesinato de Emeterio con la piedra, Lope, de repente, entiende que ha hecho – el crimen último. Matute escribe un llamamiento final al patetismo de la audiencia, describiendo el peor huérfano, abandonado y triste: “Cuando se lo llevaron esposado, Lope lloraba. Lope solo lloraba y decía: ‘Sí, sí, sí...’” Con estas palabras, los lectores ven las consecuencias de una vida aislada y negada, de una identidad perdida y infancia tomando por una dictadura estricta y fascista representada por Emeterio y sus decisiones sobre Lope. La autora advierte sobre un futuro de inquietud social y violencia apasionante desde los niños sin futuro. De nuevo, Winecoff apoya la visión de la tristeza extrema de Matute, destacando su obsesión con la distanciamiento del individuo:
One of the most striking aspects of Ana María Matutes work – one which relates her to existentialist literature – is the vision of the estrangement and alienation of the individual. The stylistic aspects of her works harmonize with and support this vision.
En “Pecado de Omisión,” Matute representa directamente la pérdida de identidad sobre la población española debajo de Francisco Franco. Fue un miedo real y penetrante, lo de sus vecinos, amigos, y gobierno militar dentro de la comunidad – el cuento y la literatura del “Matutismo” como género sirven como objeto estético de esto miedo, y la búsqueda para un futuro, en el caso de los niños creciendo en el franquismo. El “estrangement and alienation” de Winecoff describe los sentimientos negativos de terror, enfatizando como Matute participa (por “Pecado de Omisión) en este movimiento literatura que refleja y representa una desilusión española después de la guerra civil española.
La autora celebrada y famosa Ana María Matute fue afectada profundamente por los eventos tristes de la guerra civil española durante su infancia y adolescencia. En leyendo sus cuentos múltiples, intelectuales como Janet Díaz, Margaret Jones, y Janet Winecoff pueden hablar a su proficiencia como autora creativa y dinámica – y es claro ver que Matute también puede representar una cultura muy específica en su literatura: la de terror para una generación debajo de Francisco Franco. Cuando discutiendo y estudiando este conflicto sociopolítico, vienen rápidamente las preguntas sobre la identidad, las direcciones de una cultura para el resto del siglo XX, y cómo afecta España como patria orgullosa para siempre. Aquí, observamos que la literatura fue manera de comunicando el miedo de la guerra y de Franco – probando que los objetos estéticos de escritores contienen, para siempre, las memorias críticas de una nación.
Obras Citadas
Díaz, Janet. Ana María Matute. Twayne Publishers, Inc., 1971.
Jones, Margaret E. W. The Literary World of Ana María Matute. Edited by John E. Keller y Joseph R. Jones, The University Press of Kentucky, 1970.
Mangini, Shirley. “Teaching the Memory Texts of Spanish Women during the Civil War.” Teaching Representations of the Spanish Civil War, Editado por Noël Valis, The Modern Language Association of America, 2007, pp. 373-384.
Matute, Ana María. “Pecado de Omisión.” Ciudad Seva: Casa Digital del Escritor Luis López Nieves, ciudadseva.com/texto/pecado-de-omision.
Novak, Michael. The Experience of Nothingness. Harper & Row, Publishers, 1970.
Rich Jr., S. Grover. “Franco Spain: A Reappraisal.” Political Science Quarterly, Vol. 67, No. 3 (Sep. 1952), pp. 378-398, JSTOR, www.jstor.org/stable/pdf/2145164.
Salazar, Margaret Van Epp. “Personal Narrative: A Bridge in Time.” Teaching Representations of the Spanish Civil War, Editado por Noël Valis, The Modern Language Association of America, 2007, pp. 365-372.
Winecoff, Janet. “Style and Solitude in the Works of Ana María Matute.” Hispania, vol. 49, no. 1, 1966, pp. 61–69. JSTOR, www.jstor.org/stable/337070.
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